sábado, 21 de noviembre de 2009

Es de bien nacido ser agradecido

Con los 2 o 3 dedos que aún me quedan sin romper después de las palizas varias que mis compañeros de blog me han propinado (y van a seguir propinando) tras mi primera participación aquí, me animo a escribir algo esta mañana de sábado (, para mí las 2 de la tarde es la mañana de un sábado).

Hoy toda la prensa se hace eco de la vuelta a casa de los marineros del atunero Alakrana. Vuelven tras 47 días de secuestro y vuelven cansados y "con ganas de tranquilidad", palabras textuales. Como cualquier asunto que se precie en esta piel de toro (España, por si alguien no ha pillado aún el símil) no queda exento de connotaciones políticas, y es que somos así, somos la eñe. Antes de pisar suelo español, ya estaba el país por los aires, y es que no ha tardado mucho el PSOE en comparar al PP con los piratas, y los populares no se han hecho de rogar a la hora de crear guerra y crispación. Pero como todo este poliqueo tan casposo que tenemos no resulta nada nuevo, hay otra cosa que me llama más la atención: la actitud de los familiares.

Resulta que no quieren ni al Gobierno ni medios de comunicación en la llegada a España de los marineros. ¿Para eso sirven los medios de comunicación? ¿Para que hiciesen rudio y presión al Gobierno durante el secuestro? ¿No tienen derecho ahora a seguir informando sobre este caso como han venido haciendo hasta ahora? ¿Es forma esta de agradecer al Gobierno el proceso -bien o mal hecho- de liberación?



Más escandalosa aún resulta la decisión de los familiares de los 8 pescadores vascos de no asistir al recibimiento de los secuestrados ayer en las Seychelles en un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas fletado por Defensa. Parece ser que ellos sólo han sido españoles durante 47 días de sus vidas, cuando estas dependían de la actuación de Moncloa. Si tenían la ikurriña ondeando en el barco en vez de la bandera roja y amarilla, ¿porqué no pidieron ayuda entonces al Gobierno vasco? Qué importa la bajada de pantalones de España frente a los bucaneros del Índico, qué importa lo que se haya pagado por su liberación (aún está por ver de dónde han salido esos 2 millones de euros), qué importa que se hayan movido cientos de hilos para que hoy estén en casa, qué importa la tormenta política que se ha desatado en el país por ellos... Han rogado mucho al Gobierno español durante el secuestro e incluso consiguieron hablar con Zapatero (quién no haría todo esto por un familiar), pero una vez a salvo, se ponen orgullosos y son menos españoles que nadie. A hipócritas, desde luego, no hay quien les gane. España aún está esperando que den las gracias.

Todavía va a dar muchos más coletazos este asunto, y va a traer mucha más crispación, de eso no quepa duda. Sería interesante que en España se abriese un debate -cívicamente, a poder ser- y se discutiese cómo vamos a actuar cuando se produzcan más casos como este, qué papel va a jugar el Ejército, si quien sale a aguas dejadas de las manos de Dios debería hacerlo teniendo en cuenta todas las consecuencias (no olvidemos que la cantidad de dinero que facturan por estas pescas de atún es bestial), etc.

Lo dicho, es de bien nacido ser agradecido, y los familiares de los pescadores vascos son, aparte de hipócritas, unos desagradecidos. Nosotros nos alegramos de que, por fin, disfruten con sus familiares en casa. El resto del país, por lo pronto, se ha olvidado por unos días de la crisis.

3 comentarios:

  1. Cambiando de tema,te has parado a pensar que esos "piratas" aquí serían héroes nacionales. Imagínate que un atunero somalí se pone a pescar en aguas españolas. Y no solo uno somalí sino 4. Y otro nigeriano, y otro argelino, otro egipcio y tres más iraquíes.

    Mirar las cosas desde nuestro ombligo hacia fuera nos hace pensar de manera hipócrita como tu dices.

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  2. Sí, pero si fueran Somalíes, habría que llegar a un acuerdo como tantas veces se hace con Marruecos. El caso es que no son Somalíes, son internacionales, de ahí el vacío legal que le da la oportunidad a estos hombres de pescar (y a todo el que quiera) y a los piratas a asaltarlos sin ningún temor a que recaiga sobre ellos el peso de una determinada legislación. Es el problema que tienen este tipo de zonas sin dueño y por tanto sin alguien que le ponga unas leyes.

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  3. Es mejor seguir las recomendaciones de intereconomía, lo que hay que hacer es bombardear (repetidas veces) Somalia.

    Pabol, larga vida a la derecha.

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